miércoles, 4 de mayo de 2011

Bin Laden ¡muerto!

Este pasado lunes nos despertábamos con la noticia de que el terrorista mas buscado a nivel internacional desde hace 10 años Osama Bin Laden había muerto. EEUU había entrado, sin llamar, en la casa donde se escondía en un pequeño pueblo de Pakistán, le habían metido dos tiros en la cabeza, habían recogido su cuerpo, trasladado a un portaviones en el Índico y poco después el cuerpo había sido arrojado al mar cumpliendo la tradición islámica de enterramiento de sus muertos. El comando especial aterrizaba en el patio de la casa, accedía al edificio de dos plantas, hacía su "trabajito" y se marchaba de la misma manera que había llegado. La operación denominada Gerónimo había durado apenas dos horas.


A partir de entonces, la noticia salta a la luz, el Presidente de EEUU Obama ofrece una conferencia de prensa explicando todos los detalles de la operación, y en varias ciudades americanas la gente sale a las calles celebrando la muerte de Bin Laden. En Europa y en el resto del planeta la gente se ha controlado bastante y primero ha tomado con cautela la noticia, la han analizado y en segundo lugar han barajado las consecuencias a corto y medio plazo de esta acción del ejército americano. 

Parece que muerto el perro se acabó con la rabia, y no es así. Al Qaeda no es una organización piramidal en dónde todos hacen lo que su "jefe" dice. Al Qaeda funciona como pequeñas franquicias en multitud de sitios repartidos por todo el mundo. Cada pequeño grupo tiene sus propios objetivos y sus métodos de acción, bombas, secuestros, asesinatos... Entonces yo me hago varias preguntas: ¿Qué se ha conseguido matando a Bin Laden? ¿Por qué se le pegó dos tiros y no se le detuvo? ¿Y ahora qué? ¿Qué consecuencias políticas traerá esto? ¿Qué tipo de represalias tendremos por parte de Al Qaeda y dónde?


Sólo cabe una explicación posible: EEUU no ha querido hacer justicia con Bin Laden, ha ido a lo fácil, únicamente han vengado la muerte y el dolor de miles de personas, nada más. Nunca se les pasó por la cabeza detenerlo y llevarlo ante la justicia internacional por crimenes contra la humanidad. Lo sencillo ha sido matarlo, o asesinarlo, como querais llamarlo, es lo mismo al fin y al cabo. La venganza es el peor enemigo de uno mismo.

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