miércoles, 24 de agosto de 2011

Ibuprofeno 600mg

Hay veces que termino con la cabeza como un verdadero bombo, acaba doliéndome. Parece como si estuviese en medio del Estruendo de Iruña y mi cabecita fuera el bombo grande que sacan con ruedas y recibiese todas las ostias. Algunas veces se me pone sin mas, como a todo el mundo, “será cosa del tiempo”, como suelen decir los mayores que todo lo achacan al cambio de temperatura. Otras, en cambio, se me pone por culpa de otra gente. Cosas que notas, que ocurren a tu alrededor y no tienen explicación, cosas que hace gente mas o menos cercana a ti, personas a las que consideras incluso amigos y con las que coincides casi de forma diaria. 

Y esas maneras de ser hasta ahora desconocidas, esas extrañas formas de actuar… como a escondidas, para que uno no se entere, como ocultándote las cosas, queriéndote dejar de lado, siendo falso cuando lo tienes frente a frente, sin miradas extrañas, saludándote como si todo marchara como siempre… y de lo que no se dan cuenta es que uno lo sabe todo, que uno no tiene de tonto ni un pelo, que uno ha vivido ya mucho aunque todavía tenga cara de inocente. ¡Que por tener cara de buena gente uno no es imbécil! 

Lo malo es que todo eso, aunque uno no quiera, hace que le des vueltas a la cabeza una y otra vez preguntándote porqué. Y la única conclusión a la que llegas es que la vida de ciertas personas se rige básicamente por envidias insanas y competiciones absurdas y, lo más triste de todo es que lo único que consiguen es ser unos infelices ellos mismos y hacer infelices a los que tienen a su alrededor. Ni se quieren  ni son capaces de querer. Así de sencillo, no hay otra explicación. Ni comidas de tarro ni leches. Ese tipo de persona no se lo merece. Como siempre digo: Resignación y sobre todo nunca perder la sonrisa. Para todo lo demás, Ibuprofeno, y tu cabeza dejará de padecer dolores de cabeza ridículos…


No hay comentarios:

Publicar un comentario